Anoche, al entrar en el estadio, me sorprendió ver grandes
huecos de ausencias de aficionados respecto a jornadas anteriores. Bueno voy a
ser sincero, me sorprendió a medias. Yo puedo entender el grado de mosqueo de
la gente, pero los que nos dimos citas en nuestra bombonera de Nervión también
teníamos lo nuestro, y mostramos nuestra indignación por lo ofrecido durante
toda la temporada, una cosa no quita la otra. Entonces es normal que los
pesados de turnos saquen una y tantas veces más el dichoso sevillométro. Un golpe
de efecto de los de antaño debe de dar la planta noble del Pízjuan si no
quieren ver las gradas del estadio como se vio anoche, porque no se que a mí me
dice que lo de ayer fue un reflejo de que esto puede pasar para la próxima temporada.
Pero en fin, todo se andará. Ya vendrá el Sr. Vizcaini con uno de esos videos de convencer a la
gente ¿?, ya está en ello, ¿le quedará algo en la chistera?.
Anoche el Sánchez Pízjuan chapaba las puertas de la liga
hasta la próxima temporada. Lo hacíamos endosándole una manita al Rayo…a buenas
horas. Hicimos un buen partido en lo que parecía más un bolo veraniego a una
jornada de liga. Una sensación extraña en la grada que por principios se
traspasaba al terreno de juego. El que trocho errara de los once metros bien parecía
sacado de una película de Mariano Ozores (dos penaltis consecutivos en liga
errados por lanzadores diferentes, el colmo). Pero bueno, anoche nuestro
Sevilla FC fue muy superior al rival que tenía en frente, y eso que los de
Vallecas se están jugando el no bajar. Babá con doblete, Cala, Reyes y Kanouté
pusierón los goles, Jesús Navas las asistencias. Partidazo y ya van muchos del
de los Palacios. Me gustó también como
jugó Deivid y muy bien también F.
Navarro, el mejor defensa con diferencia, no hay color con el resto, a ver si
se les pega algo de éste.
Y llegó el momento que nadie quería que llegase. Llegó el minuto
de más audiencia en el Sánchez Pízjuan, el minuto de oro (no sé si fue una alucinación,
pero a mí pe pareció ver más gente en el estadio), la despedida de un grande
entre los grandes, el adiós de Frederic Oumar Kanouté. El tiempo pasa para
todos, y éste momento tenía que llegar. Y encima tiene “la poca vergüenza” de
dar las gracias, cuando aquí los que tenemos que agradecerle somos nosotros a él.
Yo no me voy a referir como otros han hecho, en recordar las mamarrachadas que
los papanatas de siempre han vertido cuando K12 llegó a nuestro Sevilla FC. La guanta
sin manos que éste mismo les ha dado durante su estancia en Nervión vasta. Qué
suerte el haber conocido a Kanoute, nosotros lo vimos jugar, nosotros
contaremos su leyenda. GRACIAS POR TODO Don Frederic Oumar Kanouté, grande no,
gigante.
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