Gran partido el que nos ofreció el filial en la tarde de ayer. Parecía que no, pero a punto estuvo de ser que sí. Yo como muchos sevillistas, llevamos diciendo todo el año, lo fácil que es arbitrarle a nuestro filial. Pues bien, ayer no iba ser menos, y el mangazo fue tremendo. No hubo contacto en el penalti que nos echaba de la liguilla, y la expulsión de Bernardo un tanto rigurosa. Demasiadas faltas al borde del área vista con lupa, y muy contemplativo marcando el tiempo del partido, pues el rival perdía mucho de ese tiempo, y al final se quedó corto a la hora de descontarlo. Desquició al filial como a los allí presente. Dentro del margen justo, y de si está bien o no expulsados, me parece un detalle muy significativo, que en cuatro partidos disputados en la liguilla de ascenso, se nos haya expulsados a tres jugadores.
Hubo una cosa que me mosqueó bastante. Tras encajar el gol, muchos aficionados optaron por marcharse. A mí me da igual que sean habituales o no del filial, pero que menos que esperar hasta el final y sumarse a la ovación que se le dio. La ovación que se merecían y que tuvieron. A ver si dejamos ya de mirar tanto al marcador…mí arma.
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