Llegue a Nervión con la cosa de que íbamos a ganar y así se lo hacía
llegar a quienes me acompañaban. Lo que no se me iba a pasar por la cabeza es
que fuese a sufrir tanto. Dos partidos más como éste y no puedo salir por mis
propios pies. Estaba claro que no sólo se jugaba los tres puntos, aunque el
valor fuese tal. Mejor nuestro Sevilla FC, respecto a lo que veníamos viendo.
Ésta claro que la cosa va de paciencia o al menos eso es lo que parece.
Volvemos a dejar la portería a cero, pero está vez si trabajamos bien en
defensa. El equipo se vacío, se desfondo, se entregó…y la afición alentó,
apretó y no dejó que nuestros gladiadores bajasen los brazos.
Para que el trabajo defensivo de un equipo se vea reflejado, no hay
mejor manera que demostrarlo sino es viendo las intervenciones del portero.
Javi Varas tuvo poco trabajo, y el poco que tuvo lo solventó como él sabe
hacer, magistral. Gran jugada de un Navas que lo intentó una y otra vez,
Kanoute lo aprovechó y gol con sabor a victoria. El gigante de Malí marcaría un
segundo gol pero el trío arbitral vio lo que no existía, tuvo que subir al
marcador. No le dimos posibilidad al conjunto entrenado por Unai Emery a hacer
su fútbol y así lo reconocía éste en la rueda de prensa. Dos expulsiones y un
penalti sufrido, acertó el engominado, poco que objetar. Trascendental que
errasen desde los once metros y seguido expulsaran a Aduriz por agresión a
Spahic. Quedaba 30 minutos desde nuestra segunda expulsión y la pena máxima,
demasiado tiempo para un equipo como el Valencia CF. Echamos el ancla atrás,
como no podía ser de otra manera, y junto al empaque y entrega de nuestra gran
afición, pudimos llevarnos una merecida victoria. Todavía flipo con la cara que
se les quedaba a los jugadores, sobre todo a los nuevos, cuando una vez pitado
el final del encuentro, miraban maravillados hacía gol norte, que no paraba de
rugir. Nervión tiene una magia particular, una magia que nos hace especial, nos
hace grandes.
A pesar de ser consecuente de que el equipo, por lo menos a mí me
creaba dudas, y me las sigue creando. Además de ser conscientes del rival que
nos visitaba, confiaba en que mi equipo sacara el encuentro adelante.
Marcelino, te queda trabajo por hacer y lo sabes. Todavía espero más de ésta
plantilla. Partido ha partido. Y ahora a por el patético de Madrid.
Por cierto, hablando del patético. Un mensaje para un personaje con
el espíritu de JUDAS y el apellido GIL, sigue apoyando a los dos grandes que
veo que te gustan que te metan una manita, pues nada, a disfrutar de la
tremenda humillación que el barsa os ha dado…cara papa, que no te has enterado
de que va el tema todavía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario