Salimos con vida a pesar de todo. Derrota por la mínima que hace que
la vendetta que tanto se promulgaba en tierras valencianas nos la podamos coger
nosotros la próxima semana en nuestro estadio. No sé si decir que la falta de puntería
una vez más, o los incontables regalitos que hacemos en cada partido nos privó de
un mejor resultado, mejor me quedo con las dos frases, que a fin y a cuentas
resumen bastante bien lo que ha sido el encuentro.
Tengo que decir ya, que me parece inadmisible que se nos vaya de las
manos otro partido por errores propios de categorías por debajo del subsuelo en
la escala de divisiones. Esto es que ya cansa. Yo no sé ya que decir al
respecto cuando seguimos cometiendo fallos tan garrafales. Ya sé que esto es
fútbol y que el 99% de los goles que se
consiguen son por errores del contrario, el 1% restante es por alguna
genialidad que poco se puede hacer. Pero es que el porcentaje mayor siempre lo
cometemos nosotros. Que alguien paré ya ésta sangría. El encuentro en si no ha
sido tan malo por nuestra parte. Si acaso tras encajar el gol perdimos el
norte, pero en general no estuvimos tan mal, incluso se pudimos encontrar el
empate, pero poca pegada y errores que ya le cansan a uno como los de hoy en el
que tres jugadores no son capaces de despejar un balón como Dios manda en el
deporte rey, ya es el colmo. Ya va siendo hora de que pasemos de las palmadita
en la espalda a sacar a pasear un poco el latiguillo pichita. Que regalamos más
que los tres reyes magos a la vez, cojones.
En fin, hay que creer que podemos remontar el encuentro. Se ha
demostrado que el Valencia CF no es muy superior a nosotros. Tenemos que
quitarnos de una puñetera vez el San Benito de que nuestro peor enemigo somos
nosotros mismos, y junto a nuestra afición remontar la eliminatoria. El partido
de vuelta se presume corto o largo según como se dé.
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