viernes, 9 de marzo de 2012

UN MOLINÓN CONJURADO


Tal y como se está viendo como están preparando los gijoneses el partido ante nuestro Sevilla FC, se puede hasta decir que nos encontraremos en el Molinón una guerra de guerrillas, deportivamente hablando. Si ya de por sí es un campo hostil y a esto se le suma quien ocupa el banquillo rival como entrenador, pues nos podemos hacer una idea de lo que nos encontraremos en tierras asturianas. Eso sí, en peores ambientes nos hemos movido, y hemos demostrado no sólo estar a la altura, sino también mostrar que quienes juegan son los que están sobre el terreno de juego.

Hablando sin tapujos, ésta jornada es propicia para hacer bueno el empate obtenido en la pasada jornada ante el Atlético. Ya sé que en el fútbol los partidos hay que jugarlos, que la teoría no vale para nada, la calidad hay que demostrarla. Pero ya es hora de que ante equipos de tal enjundia demos la talla, porque no sólo somos mejores, sino que estamos obligados a demostrarlo, que ya demasiado nos hemos dejado en el camino. Ojito que un tropiezo en el Molinón, conocedores del próximo rival que nos visita la semana que viene pueden volver hacer temblar los cimientos. Quién sabe, lo mismo pinchamos mañana y ganamos la próxima semana, pero como dije en el post anterior, Marzo nos deja tres enfrentamientos como tres brevitas, y estas son las que hay que coger.

Y a todo esto, mientras yo hablo de exigencias, de demostrar nuestra superioridad, a mi equipo del alma no para de sucederle contratiempos. A la ausencia de Medel por sanción se le suma la de Kanoute por problemas físicos. En fin viajamos a Gijón con un solo delantero, pero con muchas variantes. La lista de convocados la forman los siguientes 19 jugadores: Palop, Javi Varas, Fernando Navarro, Deivid, Spahic, Escudé, Cala, Luna, Fazio, Perotti, Rakitic, Trochowski, Reyes, Jesús Navas, Guarente, Campaña, Coke, Manu del Moral y Babá. Vuelve Perotti. Finalmente llega a tiempo Guarente, y como gran novedad el canterano Deivid. Cuando los mejores se quedan en tierra, le toca al míster mover ficha y dar con la tecla.

Y a pesar de las ausencias yo confío…



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